viernes, 30 de diciembre de 2016

El orgullo de ser imbécil

Imbécil, esa bonita palabra que tanto me gusta, sobretodo como adjetivo calificativo. ¿Por qué? Bueno, la explicación se encuentra bastante atrás en el tiempo...

Imaginemos un escenario en el que hay un grupo de, pongamos, 10 niños de 10 años. Y uno de ellos destaca intelectualmente. Lee muchos libros, juega a muchos juegos, conoce un montón de datos... Y, por encima de todo, tiene una capacidad deductiva e inductiva muy elevada. ¿Y el resto? El resto... juegan a la pelota, a veces miran la tele, y por lo general, ejercitan el cerebro lo justo para pasar el día. ¿Es eso malo? No, a priori no. Pero este no es el fin de la historia...

El niño que lee tanto y conoce tantas cosas (llamémosle Rodrigo para facilitar las cosas). Bueno, Rodrigo quiere jugar con el resto de niños del grupo. ¿Le gusta jugar a la pelota? No. Pero él es el único al que le gusta leer, así que no tiene a nadie más con quien compartir esas aficiones. Decide meterse con la pelota hasta el fondo e integrarse en el grupo. Y lo consigue. Se logra adaptar satisfactoriamente y los otros le aceptan. Le tratan como al débil, pues es patoso y se le da mal la pelota. Y Rodrigo, claro, a cada oportunidad que encuentra, intenta ofrecer un dato curioso o un título de un buen libro al resto, que no le ignoran pero tampoco le hacen mucho caso.

Y así van pasando los años, día tras día, semana tras semana. Rodrigo ha cogido bastante práctica con la pelota, pero sigue siendo de los peores del grupo. Está integrado, sí, y tiene gente con la que pasar el tiempo, sí, pero a cada rato desearía estar haciendo otra cosa que no jugando con la pelota, trepando muros, subido en un monopatín o haciendo travesuras por donde fuera. Así pues, en un momento dado, y en su incansable búsqueda de un grupo ideal para él, emigra a... las madres de sus amigos. Ellas no juegan a la pelota, no se mueven; sólo se sientan y charlan. Comparten experiencias, se recomiendan cosas, se comunican. Para Rodrigo, ése era el edén.

Por desgracia, no todo era tan fácil... Las madres se callaban cuando se acercaba Rodrigo a ellas, lo miraban fijamente y rebajaban el nivel de la conversación para que "el pequeño pudiera participar". Al menos durante unos minutos, hasta que las adultas deseaban continuar sus conversaciones habituales y echaban a Rodrigo del grupo con el mensaje de "ve a jugar". (Pero yo no quiero jugar...). Rodrigo, pobre, a su tierna edad de 12, 13, 14 años... estaba integrado en un grupo haciendo algo que no le gustaba y no podía integrarse en otro en el que hacían lo que le gustaba. Y a partir de aquí, una caída libre.

-¿Ajedrez? Eso no es un deporte de verdad. Tu padre y yo te hemos apuntado a natación, que te va a ir mejor.
-¿No has hecho los deberes? Eres un vago, Rodrigo, como sigas así no pasarás el curso.
-Lo siento, Rodrigo, pero eres el único que se ha apuntado a teatro. Se suspende la actividad.
-Su hijo Rodrigo es muy listo y puede hacer lo que quiera, pero es muy vago.
-TRABAJA POR DEBAJO DE SUS POSIBILIDADES.

¿¡Cómo coño va a trabajar Rodrigo por encima de sus posibilidades si las directrices que le dais son mediocres porque quien las imparten son MEDIOCRES!?

17 años. Rodrigo, en su habitación, como siempre. Solo. O casi solo. Lee, juega, ve películas, se informa, escribe, practica música, dibujo, aprende cosas... Gracias al cielo, en su cuarto tiene una ventana a un mundo algo más interesante: Internet. Allí existe toda la información que puede desear... Y toda la gente que desea conocer. Pobre Rodrigo. Fuera de su cuarto no hay nadie que merezca su tiempo... Suspende todas las asignaturas, no hace los ejercicios de clase (nunca los hizo, de hecho) y no habría un solo libro de texto. Pero... ¿No le gustaba a Rodrigo la lectura? ¿Cómo es posible que se negara a abrir esos libros y leerlos? (Para qué... toda la información que contienen ya la conozco... No la recuerdo con exactitud, pero la conozco. Sé lo que es una integral, una subordinada, los reyes católicos, Nietzsche... ¿Para qué memorizar esos datos tan sencillos de asimilar pudiendo invertir mi tiempo en alcanzar nuevos conocimientos?). Suspenso. Suspenso. Suspenso. Suspenso. Repetir curso.

-Este muchacho no presta atención en clase.
-¿Por qué no haces los ejercicios de clase?
-Si no quieres estudiar, dilo, y te pongo a trabajar.
-Castigado en tu cuarto.
-TRABAJA POR DEBAJO DE SUS POSIBILIDADES.

La universidad. Rodrigo está deseando empezar para poder llegar al conocimiento en el área que escogió. Pero...

Suspenso. Suspenso. Suspenso. Suspenso. (¿Qué debo hacer?) Suspenso. (No entiendo por qué estoy suspendiendo). Suspenso. (Yo sólo quiero aprender, ¿por qué necesito aprobar?). Suspenso. (Yo... yo... yo... no sé qué más puedo hacer. Me estoy esforzando más que nunca. Trabajo horas y horas. No pienso en otra cosa. Tengo miedo...). Suspenso. Suspenso. Suspenso. Abandono.

Y así, la senda de Rodrigo se quebró, dejándolo a la deriva sin saber qué hacer. Todo el mundo tiene un grupo de amigos al que acudir, es feliz compartiendo aficiones como el fútbol o el anime, y apenas tienen preocupaciones. Por contra, Rodrigo no es más que un asocial, solitario, vago, tonto y que ha fracasado en todo lo que se ha propuesto.

¡JA! Mira tú por dónde, fue Rodrigo el que llevaba la razón todo este tiempo. Sólo que... bueno, la sociedad no está preparada para la gente como él. Después de que le hayan obligado a realizar acciones que no le gustan por pertenecer a un grupo, le haya excluido por ser demasiado listo, por ser demasiado tonto, le hayan llamado vago, le hicieran creer que no servía para estudiar, que era culpa suya, que estaba mal ser tan solitario, que estaba desperdiciando su vida y, en definitiva, que era un inadaptado... Ahora, Rodrigo, lo sabía. Era superior a los demás. Después de todo eso que ha tenido que pasar, ¿llamar a la gente que es inferior intelectualmente imbécil es pasarse? ¿Repudiar a la gente con altas capacidades está bien, pero a los imbéciles está mal? ¿Los inteligentes ya se apañarán con su vida pero a los tontitos hay que llevarles de la mano para que no se pierdan?

¡JA! Imbéciles todos. Imbéciles los niños que no aceptaron a Rodrigo como era. Imbéciles los padres que excluían a Rodrigo por ser demasiado pequeño para entender de lo que hablaban. Imbéciles los profesores por llamar vago a Rodrigo por no atender sus "grandiosas" e "importantísimas" explicaciones. Imbéciles los que se reían de Rodrigo por suspender tanto, aún teniendo 10 veces más conocimientos que todos. Y, claro está, imbéciles que han sido criados en un sistema que prima a los mediocres y creen que están al mismo nivel que Rodrigo porque "todos somos iguales". Ese "todos somos iguales"... ¿Dónde estaba cuando Rodrigo se sintió solo y desplazado los 20 primeros años de su vida? "La culpa es suya, por no querer adaptarse".

Lo siento mucho, pero aquí y ahora, empiezo la cruzada contra los imbéciles. En nombre de todos los Rodrigos que existen y que existirán. Quiero una sociedad que los trate como a lo que son: personas con capacidades superiores al resto. Y a los imbéciles... bueno, suerte tienen de ser tantos. De lo contrario, dudo que viviesen...

martes, 6 de diciembre de 2016

Feminismo

Bueno, por fin ha llegado el día. Vamos (voy) a hablar de feminismo. Y antes que nada me gustaría remarcar que seguramente divague acerca del tema central, así que ampliaré el tema; vamos (voy, coño) a hablar de las actuales corrientes ideológicas poniendo como ejemplo el feminismo.

Primeramente, voy a apelar al "ideocentrismo". ¿Que qué es eso? Es, básicamente, tener la falsa certeza de que las ideologías que seguimos más fervientemente son las más importantes del mundo. Suele ir acompañado de "egoideocentrismo" (best creador de palabras EUW), es decir, la falsa creencia de que nuestro punto de vista acerca de este tema es de los más mejores y que yo soy el más listo de mi clase y nadie va a hacer cambiarme de opinión. Yo los suelo llamar gilipollas, así todos nos entendemos.

No es por nada, pero basar todo razonamiento en el típico "puedes intentarlo, pero mi opinión es inamovible" es basura de primero de dialéctica. ¿Por qué? Muy fácil: no existe opinión más o menos acertada. Lo que nosotros llamamos "acertado", "válido" o "guay" no es más que el resultado de múltiples factores externos (sociedad, época, entorno) y factores internos (estados de ánimo, conocimiento). Para mí, defender una opinión a ultranza es menos útil que saltar por la ventana. Sería como defender humo. Y es triste.

Pero vayamos con el feminismo, anda, vayamos. ¿Qué es? Fácil. Es la corriente ideológica que defiende la igualdad entre hombres y mujeres por razones de género. Así pues, empecemos por lo que no me gusta; "aliados"... ¿¡Qué coño!? Feminismo es igual a no discriminación por razones de género, pero claro, eso pasa por poner una etiqueta súper guay a ciertas personas, distinguidas por... género. El que no vea una contradicción ahí, tiene dos opciones: o explicarme qué sucede (soy algo cortito, lo sé), o explicarme en qué momento se empezó a impartir hipocresía en las escuelas. Pero bueno, tolero cierto grado de contradicciones, no es para tanto, prosigamos.

"Un hombre no puede ser feminista". Vale, a ver. Primero: ¿queréis dejar de discriminar por género? "¡Pero no es discriminación, no nos estamos metiendo con ellos!". Vale, querido y anónimo gilipollas, deja que te explique: discriminar también significa distinguir exclusivamente, es decir, excluyendo. Pero bueno. ¿Por qué un hombre no puede ser feminista? Pues porque es la mujer la que históricamente ha sido oprimida, así que es lógico que una lucha que es suya sea liderada e integrada por ellas, y se excluya al opresor histórico. Pero... ¿cuándo pasó el feminismo a ser propiedad de las mujeres? Realmente de toda la vida. Sí, el feminismo es un movimiento que defiende la igualdad de género desde la óptica de la mujer. Más que nada porque es un movimiento que se creó para proteger y defender a las mujeres frente a esta discriminación de género. Es decir, se defiende la igualdad de todos, sí, pero para que la mujer llegue al nivel del hombre. Así pues, el que dice "feminismo es lo contrario de machismo", es, a parte de ignorante, un poco bruto. Resumiendo: ¿Puede un hombre ser feminista? Sí. Más que nada, porque si empezamos discriminando en el campo del pensamiento y del razonamiento, ¿qué nos queda? Ah, sí, un mundo de ignorantes, como el que tenemos ahora. Guay.

No, ahora en serio, ¿por qué digo que los hombres pueden ser partícipes de este movimiento? A priori es fácil pensar que los hombres emponzoñarían el feminismo poniéndose delante de las mujeres y quitándoles el protagonismo (somos muy de hacer eso, la verdad). Así que entiendo el temor de dejar entrar a los hombres en la causa. De ahí la diferenciación dialéctica entre "aliados" y "feministas". De verdad que lo entiendo, y es un tema complicado. Pero, ¿qué se gana poniendo barreras? Enemigos, disconformidades y... machismo. Sí, el feminismo y el machismo tratan la misma competencia social (distinción de personas por género y opresión de hombres sobre mujeres), al igual que otras ideologías. Así pues, alguien interesado en este tema transversal, que quiera abordarlo, y se le niegue el seguimiento de una de las ideologías, ¿qué hará? Pues o resignarse a pensar en otras cosas o tirar para adelante cual estampida con el primero que le ofrezca un pensamiento en la misma dirección. El ser humano es así; terco, gilipollas y muy imbécil. Y gilipollas. Si fuéramos máquinas...

De todas maneras, creo correcta la creación de grupos no mixtos. Si creas un grupo, puedes discernir los integrantes como te dé la gana. Pero no consideres toda una lucha y una ideología como un grupo tuyo. No me seas tan asquerosamente ególatra.

"¡Oh dios mío, han hecho un chiste sobre las feministas! Muerteeeeeeaargrhhgrhrgr" En este punto, mi opinión es bastante firme; el humor tiene mucha más prioridad que cualquier corriente ideológica. "Es que utilizan el humor para atacarnos". ¡Wow! Welcome to... ¿S. XII? Crítica, sátira, ironía, sarcasmo... ¿Es malo? Sí y no. Puede crear disconformidades y aumentar las desigualdades o la opresión, pero también ofrece un punto de vista crítico y permite razonar de otras maneras. El problema no es el humor en sí, es la intención del emisor y cómo lo percibe el receptor. Si el emisor emite un mensaje hiriente en clave de humor y el receptor se ofende, le podemos echar la culpa al emisor, al receptor e incluso al mensaje. Pero no al humor (que sería el código). Si no entendéis qué digo, es muy fácil. Al loro con el siguiente ejemplo de razonamiento tan falaz que me hace temblar la calandraca:

"Me han insultado. Han utilizado la lengua española para insultarme. Si prohíbo la lengua española, no podrán insultarme más. ¡A por la lengua!".

Es cierto, eliminando la lengua seguro que casi nadie te insultará, al menos con palabras. Pero eso no elimina que el emisor quiera hacerte daño, a través de insultos, aunque ahora no disponga de medios para hacerlo. ¿Ojos que no ven, corazón que no siente? Lo siento, eso se lo dejo a los ignorantes.

FEMINAZI. Palabra con tanta controversia... Yo soy partidario de no emplear palabras no registradas en el diccionario en argumentos y razonamientos. ¿Por qué? Porque mi interés es que todo el mundo me entienda sin ambigüedades. Si empiezo a utilizar palabras que no están perfectamente definidas para todo el mundo, las malinterpretaciones son un foco para atacar tus ideas (de forma falaz la mayoría de las veces, sí, pero aún así pierdes puntos sociales). El término en sí a mí no me desagrada, pero decir eso es como decir que no me desagrada el término "negrata de mierda". Así pues, cambiemos feminazi por machirulo, que este último sí me afecta. ¿Me molesta? No. Que te moleste una palabra es como que te asuste una hoja de árbol. Pero sí me molesta la alevosía del que pronuncia esa palabra. Distingo entre ironía y realidad, así que sí, puedo discernir las intenciones de quien pronuncie esa palabra. Pero bueno... Y creo que esto enlaza bien con los últimos párrafos: no le eches la culpa al lenguaje. Échasela a quien lo usa en tu contra.

Bueno, y éstas han sido algunas reflexiones sueltas que tengo por la cabeza sobre el FEMINISMO. No es la verdad absoluta, no intento imponer nada. Sólo intento ilustrar lo que se me pasa por la cabeza, y procuro hacerlo de forma clara y concisa. Me gustaría que alguien pudiese aprender de esto. Y mejor aún, que alguien rebatiera todos mis argumentos y pudiese aprender yo algo.

Y por último, mi escudo para evitar problemas: pido disculpas si alguien se ha sentido ofendido, no es mi intención, está todo escrito en clave de humor (aunque se traten temas serios) y la vida ya es suficientemente dura como para gastar las energías en discusiones de este calibre.