miércoles, 6 de junio de 2012

El asesino de pelo ataca de nuevo

Bueno, hoy no tenía nada mejor que hacer por la tarde, así que decidí que era la perfecta ocasión para que mi padre me obligase a ir con él. Primeramente, una visita a la peluquería, regentada por un matrimonio cuyo integrante masculino (sí, el marido, ¿quién si no?) es un ayudante en el trabajo de mi padre (que es autónomo con una empresa en propiedad y necesita la ayuda de otras empresas). Una vez cortado el pelo, engominado y peinado como un cani barriobajero (cosa que yo no había pedido, está claro) tuve que salir a buscar a mi padre, perdido en un bar cercano con su amigo y marido de mi peluquera (ninguno de los dos es un borracho, pero les gusta bastante la cerveza. Si llego a tardar más, los veo bailando "Paquito el Chocolatero"). Bien, hasta aquí, como anécdota, es una mierda, así que lo complementaré con un mensaje mundial a los/las peluqueros/as:

Señores que se encargan de sesgar cabello ajeno, ¿me podría decir por qué coño no se pueden adecuar a las peticiones exactas de sus clientes? Vale que quizás hay alguno que más que moderno lo que tiene es una buena hostia; a esos hay que masacrarles a la hora de la peluquería. No obstante, ¿por qué yo, que soy un apacible muchacho sin complicaciones estéticas, tengo que repetir varias veces mis peticiones para que al final me peines como quieras? Yo dije: "Como lo tengo ahora, más corto y peinado pa' lante". Quizás me quedé corto en cuanto al uso de términos técnicos de peluquería y acicalaje, pero hasta mi perro entendería mis peticiones. La longitud está bien, no especifiqué nada y tú me lo dejaste más corto, cosa que se ceñía a mis peticiones (dejármelo más largo habría sido una proeza digna de admirar, pero se escaparía a nuestro contrato verbal). Ahora bien, en cuanto me preguntaste "Te lo peino pa'lante, ¿no?" y yo te dije que sí, no sé qué te impulsó a creer que me refería a arriba cuando comenzaste a echarme gomina. Está bien que desates tu creatividad, pero para eso ya tienes maniquíes con peluca. En fin, no voy a cambiar de peluquero porque sé que siempre es lo mismo, pero los peluqueros tendrías que comenzar a hacer caso a este tipo de críticas, hombre ya.

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